Dejamos atrás la estación del calor, de las vacaciones, de estar más pa’fuera que pa’dentro. El sol anima a la extroversión, a socializar y a relativizar los problemas.

Con la llegada del otoño entramos en otro terreno. Las horas de luz se reducen considerablemente, nos metemos más hacia dentro. Llega la reflexión y las cosas vuelven a tomar la importancia que habíamos dejado aparcada durante unos meses.

Muchas cosas que escaparon a nuestro control sucedieron durante el año (entramos en la última etapa que nos lleva hacia el año nuevo). Durante el verano no pensamos mucho en ellas, pero ahora nos sentimos pesad@s, melancólic@s, tristes, aunque con una pizca de ilusión inidentificable… pero es tan tenue que al final termina teniendo más peso la sensación de que algo no va bien.

Y ciertamente así es. En nuestro inconsciente hay varios duelos que no hemos cerrado. Situaciones, personas, trabajos, animales de compañía que estaban presentes cuando el año empezó, pero que ahora ya no están… No hemos cerrado esas etapas, entendido lo que podemos aprender de ellas, o perdonarnos por creer que somos responsables de eso que ocurrió. Todo eso se acumula en el inconsciente y las situaciones presentes que vamos viviendo no las podemos disfrutar plenamente porque no hemos cerrado con todo aquello.

Nuestra mente está comparando constantemente las situaciones presentes con lo que hemos dejado sin resolver del pasado. Y nos lo pone de cara una y otra vez para que podamos parar, y dedicar la atención suficiente a identificar qué es lo que no hemos resuelto.

A este proceso nos invita el OTOÑO. Preciosa estación que parece una segunda primavera….pero donde nos arrastramos a los más oscuro de nuestra psique. Sólo liberando las emociones «negativas» asociadas a esas situaciones o eventos no resueltos podremos continuar con alegría y más livianos el nuevo año que llega.

Para poder afrontar esto de una manera amable y lo más apetecible posible… os traigo este ejercicio, ritual, acto simbólico… como cada cuál se sienta más a gusto con el nombre. ¡Funcionará igual!

TRANSFORMA SITUACIONES CADUCADAS

La situación idílica es realizar este ejercicio en un bosque, pero igualmente bien nos va a servir un parque o zona más o menos «verde» que tengamos cerca. Aún así voy a describir el ejercicio en función de si estamos en un bosque o en una zona urbana verde:

Bosque

  1. Acércate al bosque más cercano que tengas. Mentalízate de que las emociones de pesadez y nostalgia que tienes son señales de tu inconsciente que te indican que tienes trabajo por delante antes de continuar tu sendero por la VIDA. Si no te enfrentas a ellas, las miras de frente y las resuelves las irás arrastrando el próximo año, porque tu mente estará recordántote en las situaciones futuras que vivas que no encontraste una solución a ello y por lo tanto te crea malestar emocional.
  2. Una vez en el bosque, busca con la mirada algún elemento del mismo que esté varias veces repetido (hojas en el suelo, palos, piñas). Cualquier elemento sirve, pero deben de ser suficientes porque vas a necesitar una unidad por cada «duelo» que identifiques que tienes que realizar. Es importante que sean cosas «muertas», caducadas… cosas de las que la naturaleza se está desprendiendo porque han terminado su ciclo y ahora les toca transformarse en otra cosa.
  3. Ahora llega lo interesante; identificar los duelos. Esta parte hay que ser valiente. Son todas aquellas cosas de tu vida en las que piensas y te pones a llorar, o te entristecen enormemente o incluso quieres esquivar completamente y por ello intentas no pensar nunca en ellas. Estamos buscando situaciones de gran cambio en tu vida; pérdida de personas o de relaciones, cambios de trabajo, cambiar de casa, pasar de una etapa de la vida a otra, crisis de identidad, accidentes que han cambiado aspectos de tu vida…. cualquier cosa que te remueva, en definitiva.
  4. Cuando tengas identificado el primero de los duelos observa a tu alrededor y pensando en ello deja que la mirada te lleve a un objeto (piña, palo, piedra…) Cógelo, y desde ese instante ese objeto natural representa la situación de tu duelo. Ábrete a sentir el dolor que te produce no haber resuelto en tu interior esa situación. Si es una relación, expresa al objeto todo aquello que le hubieras querido decir a esa persona y que nunca hiciste. Deja que salgan las lágrimas, son curativas y transformadoras (ayudan a disminuir la carga emocional que asociamos a un acontecimiento, siempre y cuando se llore de esta forma consciente). Una vez hayas expresado todo lo que sientes, ahora piensa en qué puedes aprender de esa situación para el futuro. Cómo vas a resolver así una situación parecida si se te presenta en el futuro. IMPORTANTE: la solución que encuentres debe de dejarte una enorme sensación de paz cuando la pronuncies. Fuera quedan pues soluciones vengativas, violentas, de ignorar al otr@… Han de ser soluciones que nos hagan sentir bien con nosotr@s mism@s, ¡nunca quedarnos con una emoción peor que la que traíamos!
  5. Cuando te sientas en paz con ese duelo, piensa en otra situación que se te venga a la cabeza con la que no estás tranquil@ en tu vida. Cuando lo tengas localizado vuelve a buscar con la mirada algún objeto que pueda representarlo. En ese instante ese objeto es la situación de tu duelo. Repite a partir de este punto lo realizado en el apartado anterior.
  6. Continúa así con tantas cosas como te vengan al corazón. Acabando siempre con una sensación de paz ante la situación que encuentres.
  7. Cuando ya no tengas más cosas por trabajar, o ya no quieras limpiar más el inconsciente por ese día haz un resumen. Por cada duelo intenta resumir en una palabra la solución, porque te será más fácil recordarlo en el futuro.
  8. Dirígete a una zona del bosque que te parezca especial y esconde todos tus objetos juntos en ese lugar. Dejándolos allí y sabiendo que son objetos perecederos programas a tu mente inconsciente de que la solución dada a esas situaciones en duelo ya está en marcha, ya es así, no hay que esperar nada. Has encontrado una solución que te hace sentir en paz y esos objetos serán degradados por la Naturaleza hasta convertirlos en un nuevo sustrato nutritivo para animales, hongos bacterias y futuras plantas, animales de nuevo… Es decir, has transformado tus situaciones problemáticas en soluciones que van a alimentar y nutrir la manera que tienes a partir de ahora a enfrentarte a situaciones parecidas.

Zona urbana verde

Los pasos son los mismos que para el bosque, sólo hay que hacer algunas modificaciones si el día que lo haces no estás sol@ en ese espacio o quieres hacerlo con mayor intimidad y tiempo.

Modificaciones:

Paso 2. Recoge varias cosas al azar. Una vez vuelvas a casa para realizar el ejercicio ya puedes detenerte con calma a identificar cada duelo, uno por uno y elegir el objeto natural con el que lo identificas.

Paso 8. Puedes elegir entre enterrar los objetos en un jardín cercano o si quieres hacerlo todo desde casa puedes usar una meceta, o quemar los objetos que elegiste.

  • Si eliges un jardín, el proceso sería igual que como se describe en el ejercicio para el Bosque.
  • Si quieres usar una maceta puedes enterrar en ella los objetos que elegiste con el mismo propósito descrito en el apartado 8 del Bosque.
  • Si prefieres quemarlo elige una cacerola u olla (luego se limpian bien) donde quepan todos los objetos. Si están bien secos prenderán fácilmente con ayuda de un papel que añadas. Si no están secos…no te recomiendo esta opción porque la humareda que se produce es muuuy grande, pudiendo manchar la pintura del techo de la concina o del espacio donde lo hagas.

En cualquier caso lo que no es nada aconsejable es quedarse esos objetos. Recuerda que son situaciones que has resuelto y que ya no necesitas llevar en el inconsciente. Ya no necesitas trabajarlas más así que elige la manera que quieras, pero debes desprenderte de ellos y mejor si puedes transformarlo en cenias o enterrarlos. y ¿por qué es esto tan importante? porque si no estás mandando señales contradictorias a tu inconsciente. Por un lado has encontrado situaciones a un problema…pero si no te deshaces de esos objetos es porque aún te sientes atad@ a ellos… no has encontrado soluciones realmente satisfactorias para tí. Así que te perseguirán en próximas vivencias en tu vida… Tú eliges.

Si en el futuro cercano vuelve a surgir emociones de tristeza, nostalgia o pena ante el recuerdo de los duelos trabajados… también es porque la solución encontrada no era la adecuada. Puedes repetir este ejercicio siempre que lo desees o necesites, hasta que todo esté en calma de nuevo.

¡¡FELIZ OTOÑO!!

Sin él no avanzaríamos en nuestras Vidas de forma sana… sino más bien tropezando 200 veces en la misma piedra. Las dos opciones están bien, lo bueno es que puedes elegir la que más te convenga.



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